Hace unos días dejaba unas cuantas perlas del libro "El hombre y la Tierra" de Elisée Reclús. Pues bien, esta vez vuelvo a la carga con citas de Reclús pero rescatadas de María Teresa Vicente Mosquete, quién hizo una tesis sobre el geógrafo francés y rescató su obra. En su libro "La geografía de una anarquista", Mosquete analiza y recuerda las mejores citas de Reclús. Aquí expondré sólo algunas citas del libro:
1878, en su artículo L’Evolution légale et l’anarchie:
“Como dijo Roberto Walpole –diplomático-: ‘Los intereses de los gobernantes son siempre totalmente contrarios a los de los gobernados. Quien se hace gobernante, pues, se hace por tanto enemigo del pueblo”.
12 de agosto de 1878, artículo A propos de l’anarchie, publicado en L’Avant-Garde
“Pero si somos anarquistas, los enemigos de todo amo, somos también comunistas internacionales, porque comprendemos que la vida es imposible sin agrupamiento social. Los odios religiosos y nacionales no pueden separarnos, puesto que el estudio de la naturaleza es nuestra única religión y porque tenemos el mundo por patria”
20 de julio de 1879, carta a su hermano Elie
“Como tu dices, esos nihilistas son ahora la sal de la tierra. Su abnegación, su desprecio de la muerte, su espíritu de solidaridad, su tranquilidad de alma me maravilla y me avergüenzo comparándome a ellos”
1904
“Se necesita tiempo para cambiar la humanidad, decía uno (Elie), un nuevo tipo crea una nueva mentalidad y acaba con todas las vacilaciones, decía el otro (Eliseo).
Eliseo anotó de Elie, 1904:
“Mi verdadera superioridad proviene de que yo fui siempre, y en todo, un fruto seco: pastor fracasado, financiero fracasado, burgués fracasado, hombre de buna fortuna fracasado..., autor fracasado. Con tanto mayor motivo he podido permanecer yo mismo, seguir mi camino, conservar y desarrollar mi forma personal”.
Sobre el nacionalismo geográfico. El hombre y la Tierra. TIII, pp 201-2
“Las pasiones, los intereses privados, la baja adulación y la pérfida envidia se encuentran frecuentemente en el mundo de los sabios con gran detrimento de la misma ciencia. No causa menos extrañeza ver conservada la supervivencia de los odios nacionales en la investigación de la verdad, patrimonio común de los hombres. Existe todavía arraigado el hábito de dividir el dominio de la ciencia según las patrias respectivas. Cada hombre de ciencia no es más que un representante de la inmensa humanidad pensante, y si lo olvida, disminuye proporcionalmente la grandeza de su obra”
Sobre el peligro interno de excesiva especialización de la Geografía
“Desde el punto de vista moral, corren un peligro particular procedente de una especialización excesiva: cuando no tienen más que sus estudios propios en la parte del horizonte que ven sus ojos, están en peligro de perder el equilibrio de la vía normal, de rebajarse, de empequeñecerse en todas las ramas que han descuidado, y admira con frecuencia observar en ellos una oposición extraordinaria entre su genio, o al menos con su gran saber y sus lados ridículos y mezquinos”.
Sobre el profesor y su labor educativa. El hombre y la Tierra. Pag. 192
“En la sociedad humana la inteligencia del alumno se desarrolla en proporción de las cualidades correspondientes de sus educadores”. Los instructores, simples agentes de oficio, no están necesariamente animados de aquel fuego sagrado que es el entusiasmo por la verdad y lo que enseñan no es más que una lección dictada conforme a intereses de nacionalidades, de religión, de casta...Ante todo, el vicio capital de las escuelas es el de todas las instituciones humanas, el carácter de infalibilidad que suelen atribuirse los profesores... Así se forma fácilmente una especie de religión cuyos pontífices se tienen por maestros de la verdad”.
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